martes, 18 de febrero de 2014

para mamá


Mamá, como te habrás enterado, decidí no seguir con mi vida. Y no creas que fue una decisión fácil. Más que nada por vos. Pensar en lo mucho que sufrirías por mi culpa era la única razón que me mantenía respirando. Sin embargo, esto ya no daba para más.

Antes que nada, perdón. Perdón por causarte el tremendo dolor que debés estar sintiendo en este momento. Perdón por no haberte anticipado esto. Perdón por ser tan frío con vos en el último tiempo. Perdón.

Quiero que sepas que, durante todo este año, estuve pensando en alguna forma de hacerte sentir que yo no iba a dejar de estar ahí con vos. Aunque, evidentemente, no voy a estar más físicamente. Pero me di cuenta que, por más que le diera vueltas al asunto, la solución era una sola.

Nuestra relación siempre fue buena, es cierto. Y lo sé porque, sino, no me hubiese tardado tanto en quitarme la vida. Pero fue buena particularmente por nuestras hermosas conversaciones. Nunca hablamos de esto, me parece. Ahora me doy cuenta de lo importante que fueron para mí. Las cosas que llegué a entender, en gran parte fueron gracias a vos y a esas charlas. Y me dí cuenta que a vos también te gustaban. Sentías que fortalecíamos nuestro vínculo cada vez que nos quedábamos en el patio, o en el living, o en cualquier lado, hablando. De cualquier cosa. Porque siempre me viste como tu mejor amigo. Y yo te vi, toda mi vida, como mi mejor amiga.

Es por esto (y muchas otras cosas más, obvio) que decidí no abandonarte del todo. Voy a acompañarte durante un tiempo más para, así, ayudarte a no sufrir tanto. Lo único que espero con esto es que, después de todo, no intentes entender cuál fue la razón que me llevó a suicidarme. Simplemente, era la mejor opción.

Cada tanto, te va a llegar una nota mía, hablándote como solíamos hablar siempre. Te voy a contar las cosas que hice, lo que pensé, lo que sentí. Quedáte tranquila, que las notas te van a llegar, estés donde estés. Eso está ya arreglado. Tampoco tengas miedo, ni creas que son cosas venidas desde el más allá, del cielo o alguna de esas boludeces. No te van a llegar en el mismo lapso de tiempo una y otra, así que no vas a poder estar esperando que a determinado día llegue una nota.

Como te habrás dado cuenta, esta fue la primera. Espero que algún día vuelvas a ser lo feliz que siempre fuiste. Sin más que decirte -por ahora-, me despido, y te deseo un feliz día. No te preocupes por mí, ahora estoy mejor. Creéme. Te amo.